lunes, septiembre 05, 2011

Nuestra clase política muestra su peor cara

“Si muere la perra se acaba la leva”, dijo Pinochet antes de desatar la barbarie. Y, aunque después del regreso a la democracia y la experiencia acumulada nadie esperaba volver a escuchar algo así, hoy Tatiana Acuña, Secretaria Ejecutiva del Consejo del Libro, se refiere a la dirigente estudiantil Camilla Vallejo con la misma odiosas expresión. Este tipo de ataques personales y groseros no son atribuibles a un sector político específico, pero se han hecho penosamente frecuentes en la política nacional del último tiempo, cual bullying escolar. Basta recordar al senador DC Andrés Zaldívar cuando aludió al origen alemán de la vocera del Gobierno Ena von Baer que según él parecía “salida de las juventudes nazis”. Y si de discriminación se trata, el líder de RN Carlos Larraín no lo hizo nada de mal cuando declaró que si se apoyan las demandas homosexuales luego habría que apoyar otras “relaciones anómalas” porque “también hay personas que les gusta tener relaciones con animales”. El presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, no se quedó atrás cuando sacó a colación el origen judío del Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, anuniando que la represión hacia los estudiantes le recordaba “los métodos sionistas”. Hay países donde, si no les costase el puesto, los responsables de este tipo de declaraciones enfrentarían, por lo menos, una acusación formal por ofensa y discriminación de género, origen étnico o credo religioso. Pero en Chile hay una liviandad preocupante hacia estas detestables actitudes que definitivamente atentan contra el espíritu de nuestro tiempo. La clase políticas está dando muestra de poca ética cívica en momentos de alta reprobación ciudadana y tanto gobierno como oposición resultan ser un mal ejemplo para los estudiantes que están en las calles pidiendo una educación más inclusiva e igualitaria.

Etiquetas: