martes, noviembre 02, 2010

La pachamama nos mece y nos remece

Dicen que un país es su gente, pero no hay país sin un pedazo de tierra. Por eso, al igual que otros pueblos, los chilenos tenemos una relación indisoluble con nuestra geografía. Para nosotros el oriente y el occidente son lugares imaginarios que están más allá de la cordillera o del mar. Sólo sabemos viajar al norte o al sur, aunque son las urgencias las que nos hacen recordar a los hermanos del extremo opuesto. Así fue como estando listos para celebrar nuestras Fiestas Patrias sonó la alarma: “hay 33 mineros enterrados en una mina del norte”, desatando una ola de solidaridad con estos compatriotas en aprietos, pero también advirtiéndonos de lo injusto que sería celebrar estos 200 años de Independencia sin recordar a quienes han forjado nuestra riqueza, muchas veces en condiciones de trabajo deplorables. Aunque los aguafiestas no se conformaron con eso, porque luego llegó otra alarma: “hay 34 mapuches en huelga de hambre en una cárcel del sur”, recordándonos que estos años de independencia no han sido alegres para todos y que los habitantes autóctonos de esta larga y angosta faja de tierra tadavía son perseguidos. Fue así como sin haber tenido la más mínima intención en un principio, el Estado y los medios de comunicación tuvieron que hacerse eco de los llamados de atención sobre todo lo que queda por hacer antes de celebrar con dignidad nuestro cumpleaños. Después del terremoto y posterior tsunami de este año necesitábamos distraernos bailando cueca y comiendo empanadas, pero los damnificados de la catástrofe de febrero no deben ser olvidados, así como tampoco debe ser olvidado ninguno de los que integra la larga lista de necesitados de nuestro país. Si el año del Bicentenario fuimos remecidos por catastrofes naturales, mineros atrapados bajo tierra y mapuches en huelga de hambre, resulta inevitable pensar que la Pachamama nos está pidiendo una reflexión o, derechamente, exigiendo un cambio.

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