miércoles, abril 29, 2009

La izquierda parlamentaria se desgasta

La disconformidad y la confusión parecen expandirse al interior del progresismo parlamentario chileno. El senador Fernando Flores, le dio su apoyo al candidato de la derecha desde su nuevo partido, mientras que Jorge Arrate, se unió a las fuerzas exta parlamentarias para forjar una candidatura de izquierda. Estos dos personajes de la política chilena tienen una historia común a pesar de las diferencias de hoy. No solo fueron compañeros de partido, también hicieron parte del último gabinete de Allende. Por sus posturas en la actualidad podrían simbolizar la crisis de identidad por la que atraviesa el PS y el PPD. Ambos partidos se valen de un discurso igualitario acorde con su trayectoria, pero en la práctica priorizan los acuerdos con el poder económico. Sus militantes se dividen en los que, después del replanteamiento necesario, siguen creyendo en los valores de la izquierda, y aquellos que vieron en la renovación el subterfugio ideal para cambiarse de carril sin ser acusados de traición. En la primera categoría se podría incluir a la mayoría de los militantes de las bases y en la segunda a la mayoría de los de las cúpulas. Para las presidenciales de este año los senadores y diputados de estos partidos, anunciarán medidas reivindicatorias, reformas contra la exclusión y mano dura con las empresas abusivas. La rutina necesaria para asegurar sus escaños en el Congreso, donde luego se harán parte de la inmovilidad propia de quien hace pactos con dios y con el diablo. Como copropietarios de las instituciones del estado ofrecerán los puestos del sector a quienes les entreguen su apoyo y su voto. De esta manera alejarán del poder a los críticos. Los liderazgos como el de Arrate buscan reagrupar justamente a los disconformes y decepcionados. A los que han visto como sus organizaciones y herramientas políticas les han sido arrebatadas de las manos. El caso de Flores, es particular, porque los congresistas de la cuestionada izquierda se sienten bastante cómodos al interior de estos partidos cada vez más identificados con el centro. Aunque el senador Flores también es un exitoso empresario y sus intereses personales ya no responden a la dinámica colectiva. Como él hay varios ex socialista y parlamentarios de izquierda que han creado sus propias empresas, muchas veces vinculadas al lobby y la educación. Y si la disidencia llegara a tener la fuerza suficiente como para hacerlos perder sus privilegios esperan que sus “nuevos amigos”, como los llama Ricardo Lagos, les ofrezcan algún puesto en los directorios de sus empresas, porque, según ellos mismos “no hay contradicción”. Los partidos que dicen ser de izquierda pero que buscan el centro, evidencian una clara crisis de identidad, pero cuando sus dirigentes hablan por el pueblo durante el día y sueñan con ser empresarios durante la noche, evidencian también una clara tendencia autodestructiva .

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1 Comments:

Blogger Jorge A. Gómez Arismendi said...

Rothbard plantea una crítica muy interesante en cuanto a las pretensiones igualitarias de las cúpulas dirigentes y su real praxis en cuanto a esto.

Saludos

1:45 p. m.  

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