lunes, abril 14, 2008

Una conversación el día antes o una píldora el día después

Los que están a favor de la píldora no lo dicen muy alto para no parecer demasiado liberales y los que están en contra tampoco para no parecer demasiado conservadores, por eso, antes de dar pie a un profundo debate sobre el tema, prefieren esconderse tras diversos estudios científicos. En Chile está prohibido el aborto, por lo tanto si la píldora fuese abortiva quedaría fuera de la ley. Los vaivenes legales que se suscitan cada cierto tiempo se deben justamente a que existen investigaciones que demuestran tanto que es como que no es abortiva, pero esperar que la ciencia determine una cuestión tan importante como ésta resulta bastante, si no ingenuo, irresponsable, ya que lo que es verdadero y justo tiene que ver con la visión de mundo de cada uno más que con la ciencia. Los seres humanos no somos maquinas, tenemos valores, principios y prejuicios que afectan conciente o inconscientemente nuestro quehacer diario y por lo tanto también el trabajo científico. Pero la ciencia y sus resultados no están sujetos sólo a las convicciones personales sino también, y por sobre todo, a los intereses ideológicos y económicos de las instituciones. Tanto el que realiza una investigación sobre el inicio de la vida encargada por la Universidad Católica como el que investiga los efectos de las ondas electromagnéticas para la Telefónica está conciente de lo que la empresa o institución se espera de él. Por lo tanto, no podemos esperar que la ciencia determine que es lo correcto en este tema tan trascendental, no podemos dejar de asumir la discusión que se debe dar en una sociedad que está cambiando. Es necesario un debate abierto, profundo, respetuoso y sin miedos.

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Very good point...

10:08 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Así como entre la luz y la sombra existen zonas grises, el principio y el fin de la vida también tiene sus inexactitudes e interrogantes. ¿Empieza en el momento de la inseminación, de la anidación o del nacimiento? ¿Tenemos derecho a interrumpir este proceso único en el universo? ¿Y cuándo termina? ¿Cuando deja de funcionar el corazón o el cerebro? ¿Tenemos derecho a terminar con ella cuando el dolor o la desesperación se vuelven insoportables?
Hay quienes creen tener las respuestas a todo esto. Unos apoyados en la ciencia, otros en la religión, unos en un artículo y otros en la buena crianza. Pero nadie puede saber con exactitud algo tan complicado y misterioso. Si ni siquiera sabemos qué es la vida; si las almas se anidan en los cuerpos o si los cuerpos dan origen a las almas.
Sólo queda discutir, llegar a un entendimiento y tomar una determinación. Como al amputar una pierna. Si amputamos podríamos salvar al paciente, pero si no, podría sanarse milagrosamente. Si la cortamos ¿dónde la cortamos, más arriba de la rodilla o más abajo? ¿Cuál es la decisión correcta? ¿Quien asume la responsabilidad?
Son medidas difíciles de tomar, pero lo peor es no atreverse a hacer nada. En un caso así lo más adecuado sería que el paciente tomara una decisión en conjunto con su médico, y que ambos, concientes del margen de error, sientan el respaldo de la familia del paciente y de la institucionalidad médica.
De la misma manera, los temas relacionados con el inicio y el termino de la vida como la píldora del día después, el aborto, los respiradores artificiales y la eutanasia, son temas delicados donde los involucrados debieran sentir el apoyo del entorno social e institucional al momento de tomar una decisión en un momento de crisis.
Pero para eso es necesario que los representantes de las distintas visiones lleguen a acuerdos que establezcan una normativa con la que las ciudadanas y ciudadanos se sientan identificados, si no totalmente por lo menos parcialmente, y se liberen de la sensación de sometimiento y culpabilidad a la que muchas veces son expuestos.

3:30 a. m.  
Blogger Unknown said...

Gracias por apoyar.

http://nolge.blogspot.com

1:37 a. m.  

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