miércoles, enero 23, 2008

2008

No han faltado los temas dignos de comentar durante el inicio de año. Hubo cambio de gabinete y con eso se terminó con la expectativa y la especulación. Si será para mejor o para peor nadie lo sabe, aunque lo más probable es que no signifique nada. La Concertación es incapaz de hacer cambios, está neoliberalmente estancada en las cifras macro económicas y las reformas que lleva a cabo son insuficientes y simbólicas. Fue un principio de año con muchas muertes. A parte de los accidentes de transito y los asesinatos de índole delictual, carabineros mató al activista mapuche Matías Catrileo durante una acción de protesta. Además una dirigente del movimiento se encuentra grave producto de la huelga de hambre que lleva a cabo en la cárcel. Sin embargo la sociedad chilena no parece darse cuenta de lo delicado del tema y menos de lo urgente que se hace darle solución. De lo que sí se preocupó el ejecutivo fue de la muerte del comentarista deportivo Julio Martínez cuando propuso darle su nombre nada menos que al Estadio Nacional. El aporte del comentarista sería haber celebrado los goles de la selección de fútbol a parte de ser un tipo muy simpático. Pocos días después murió Patricia Verdugo, periodista destacada internacionalmente y luchadora por los DDHH, pero nada se escuchó de homenajes oficiales ni de establecimientos con su nombre. Dicen que el 2008 es un año de cambios y vaya que los necesitamos.

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