La caza de ballenas es sólo una de las atrocidades de que somos responsables y que justificamos con nuestra necesidad de alimentación, investigación e incluso recreación. Pero nada nos da derecho a administar sacrificio ni dolor animal, más que nuestra propia soberbia.
Según los vegetarianos nuestra alimentación es perfectamente posible sin la carne y eso hace aun más injustificable el trato que le damos a los animales que aniquilamos a diario. Su martirio empieza indudablemente al nacer en cautiverio lejos de su hábitat natural y privados de todo aquello que un ser viviente requiere para una vida digna: espacio, afecto, higiene, e integridad física. El tormento que viven durante los distintos procesos de mantención, de transporte y finalmente de exterminio son sólo la cúspide de una larga angustian.
Nuestra arrogancia se extiende también a otros ámbitos. Muchos científicos sostienen que los experimentos dolorosos en animales son necesarios, pero para aquel que tiene la capacidad de ponerse en el lugar del estos seres indefensos esta practica resulta indignante. El desarrollo tecnológico debe buscar métodos alternativos de investigación que dejen atrás este concepto primitivo y antiético.
Como si fuera poco muchos de nuestros semejantes encuentran divertido someter a los animales a distintos tipos de tormento. La caza como deporte recreativo, la tortura animal como espectáculo, el sacrificio religiosos o por superstición son vergonzantes para la mayoría, sin embargo en muchos países todavía son legales las corridas de toros, las peleas de gallos y el maltrato en general.
Lamentablemente no todos experimentamos el mismo nivel de rechazo frente al dolor animal. Si la carne siempre ha sido fuente de nutrición, la ciencia medica se ha desarrollado gracias a este tipo de experimentos y el sacrificio siempre ha sido parte de nuestra cultura es posible que a muchos les cueste entender la urgencia de un cambio. Pero la voz de la conciencia nos dice que nuestras norte debe ser la armonía con el planeta, el bienestar general y no exclusivamente el nuestro, porque ser “humano”, además de hijo de la naturaleza, significa ser generoso y compasivo.
Etiquetas: cientificos hacen experimentos dolorosos, españa sacrifica toros, japón caza de ballenas, respeto por los animales