viernes, julio 08, 2011

Nos quieren colgar campanitas de ganado al cuello

Quien haya visto Zeitgeist, el documental de Peter Joseph que denuncia las malas practicas del sistema monetario mundial, habrá escuchado las palabras del político y cineasta Aaron Russo, recordando a su amigo, el poderoso banquero Nicholas Rockefeller, al confesarle que los acontecimientos políticos y económicos de los últimos años corresponden a un plan para quitarle libertades a los ciudadanos con la finalidad de colocarles un chip bajo la piel para controlar sus movimientos y transacciones. Sí, leyó bien, un chip dentro de nuestro cuerpo para controlar nuestras vidas. “Si alguien quiere protestar por lo que hacemos, entonces solo apagamos sus chips”, le habría dicho Rockefeller, dando a entender que lo dejarían en la calle. Si cree que se trata de pura ciencia-ficción ponga atención al proyecto de ley que presentó la semana pasada el diputado y presidente de la Comisión de Transportes de la Cámara, el UDI Gustavo Hasbún, para instalar un chip en el auto de los chilenos con el pretexto de combatir su robo. "Esto parte el 2014 con todos los vehículos nuevos y la idea es que exista un reglamento para que paulatinamente se vaya incorporando el resto. Eso se regula con un decreto", explicó Hasbún a La Tercera el 5 de Julio. Si está pensando que no importa porque usted se opondrá a dicha instalación no crea que será fácil porque según el diputado “la idea es establecer la obligatoriedad desde la fabricación”, o sea el auto vendrá con el chip GPS instalado para que usted no tenga opción. Si fueran necesarios más argumentos para tomarse en serio el asunto lea la siguiente frase que deja al descubierto las consecuencias de la iniciativa: "Es bastante útil para recopilar información de inteligencia, porque da antecedentes respecto de los caminos por los que se dirige el sujeto o por cuánto tiempo estuvo detenido", dice el jefe de la Sebv, capitán Francisco Cabezas al mismo diario. Pero según Hasbún también tiene otros usos. “Con esto se tiene claro dónde anda el vehículo y puede servir para los partes empadronados”, o sea cada vez más control. Si espera que esta idea maquiavélica no prospere no se cruce de brazos porque según Hasbún “cuenta con apoyo de los parlamentarios y las distintas bancadas y ha sido consensuado por el Ministerio de Transportes". Me parece que el presidente de la Comisión de Transportes pretende convertirnos en rebaño con campanitas al cuello. Las primeras ovejas en pisar el palito de la dictadura de los chips y vale la pena tomárselo en serio. ¿Por qué no ha habido reacciones a este proyecto en el mundo político, en la prensa, ni en las organizaciones ciudadanas? Es que se está aprovechando la contingencia para que pase desapercibido este intento de violar nuestra privacidad y cuartar nuestras libertades? Llamo a reaccionar, a movilizarse y a oponerse a este peligrosísimo proyecto.

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